Un maestro entró en clase con libro en mano y un par de apuntes. Se sentó en su mesa y empezó a hablar: "Chicos, este fin de semana tenéis que leer este libro azul..."
Las risas le interrumpieron y no tuvo otro remedio que sentarse a esperar que se calmaran. Cuando lo hicieron, se levantó y preguntó: "¿De qué os reíais?"
Un alumno, el más valiente de todos, le dijo: "Usted se ha equivocado. Ha dicho que el libro es azul y desde aquí se puede ver perfectamente como es rojo."
El profesor se echó a reír a carcajada limpia y los incrédulos de los alumnos lo acompañaron pensando que se reía de su error tonto. Cuando se calmó, se volvió a poner de pie y formuló la misma pregunta: "¿De qué os reíais?"
El mismo alumno que se secaba las lágrimas de la risa, le contestó: "Ha reconocido su error de una buena manera, a carcajadas."
El maestro se volvió a echar a reír, pero esta vez los alumnos no se rieron a su compás. El profesor cogió el libro y le dio la vuelta entre risas que retumbaban la sala.
"Anda, si es azul". Se atrevió a decir el mismo estudiante que anteriormente había metido la pata.
La lección de hoy es vital si quieres sobrevivir en este mundo de locos:
"Las apariencias son las peores mentiras."
Por supuesto que es así, tienes toda la razón.
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