viernes, 31 de julio de 2015

Atentado verbal.

Hoy me he dado cuenta que las palabras han perdido su sentido. Que las letras parecen borrachas de sentimientos y solo saben desordenarse. Me ha dado por observar el mundo que me rodea, con su todo y su nada, con su gente y su nadie. Y he hecho el peor descubrimiento del mundo, he destapado la realidad.

Vivimos en un lugar donde se valora más si vistes ropa de seiscientos euros, que si tienes una educación que vale lo mismo o más. Un despreciable rincón donde es más fácil pedir dinero a un banco que después te lo robará, que un abrazo a un amigo entre gritos de soledad. ¿Se nos puede llamar humanos?

La gente pide dinero a pie de metro con ropa destrozada por el tiempo y carteles que ya no dan pena. Nos hemos acostumbrado a ver frases mal escritas en trozos viejos de cartón, frases que piden ayuda desde la distancia, frases que alguien ha escrito haciendo un resumen de lo peor de su vida... ¿Por qué ocultamos la verdad? Estoy segura, y pongo la mano en el fuego, de que esa persona que ahora pide dinero en un barrio marginal, pudo tener la oportunidad de estudiar, pero básicamente solo quería aprobar.

La lección de hoy espero que te la aprendas  si hace falta la recites como el padre nuestro antes de acostarte:

"Cambia tus palabras, si quieres que tu mundo cambie."

martes, 28 de julio de 2015

Enamórate, pero de ti.

Hace poco, leyendo como de costumbre, me topé con una frase que consiguió erizarme la piel. Decía algo así como que amarse a sí mismo era el comienzo de un romance que duraría toda una vida. Al instante me dí cuenta que es la tarea que más le cuesta al ser humano, pero.... ¿por qué?

Estuve mirando y descubrí que tenemos muchos medios para lavarnos el cerebro. Me explico. Ves la televisión y te anuncian todo tipo de cosméticos, dietas y demás pamplinas. Lo más curioso es que te lo intentan vender a través de cuerpos perfectos tras pasar por cirugías, cientos de kilos de photoshop o maquillaje por un tubo. ¿El mayor problema? Que son demasiado expertos y poco a poco han creado más y mas complejos. Nos han inducido miedo, mucho miedo. 

Y claro, después de eso empiezas a pensar que tienes alguna arruga que sobra, unas ojeras que no tiene ningún presentador de televisión, unos kilos que ninguna actriz tendrá... ¡BINGO! Ya te han lavado el cerebro, pero aún estás a tiempo.

Imagina que tu cerebro es ropa, tu ropa favorita. Si la echas a lavar, puede perder su magia pero sabes que puedes recuperarla. Solo hay que mancharla de nuevo.Para ello empezamos con plan anuncios fuera. Cada vez que veamos un anuncio que intente colarnos algo, rápidamente vemos que no nos hace falta. Que si anuncia un anti-arrugas, nosotros necesitamos la arrugas para saber que estamos vivos y todos los recuerdos. Las arrugas de reírse a carcajadas, son lo más bonito que puede existir. Haremos lo mismo con todos los anuncios. Luego, si vemos algún programa, serie o cualquier cosa donde salga alguien que parece perfecto, al instante debemos pensar... Ese no tiene la gente que yo tengo. Esa persona tiene fama y yo familia, esa persona pasa hambre y yo con mi cuerpo serrano vivo feliz comiendo cuando quiero y donde quiero.

Sí, es raro y agresivo, pero hay que alimentar a nuestro cerebro. Para complementar el plan no vendría nada mal que empezásemos a ver lo bonitos que podemos ser cada uno. Lo bonitos que son nuestros defectos, lo únicos que nos hacen.

La lección de hoy es está: 

"Una de las virtudes más asombrosas y difíciles de practicar es escucharse a uno mismo, pero una vez que empiezas descubres que las ideas que son un error te llevan a experiencias y las experiencias, al conocimiento."

lunes, 27 de julio de 2015

El libro, hecho leyenda.

Un maestro entró en clase con libro en mano y un par de apuntes. Se sentó en su mesa y empezó a hablar: "Chicos, este fin de semana tenéis que leer este libro azul..."

Las risas le interrumpieron y no tuvo otro remedio que sentarse a esperar que se calmaran. Cuando lo hicieron, se levantó y preguntó: "¿De qué os reíais?"

Un alumno, el más valiente de todos, le dijo: "Usted se ha equivocado. Ha dicho que el libro es azul y desde aquí se puede ver perfectamente como es rojo."

El profesor se echó a reír a carcajada limpia y los incrédulos de los alumnos lo acompañaron pensando que se reía de su error tonto. Cuando se calmó, se volvió a poner de pie y formuló la misma pregunta: "¿De qué os reíais?"

El mismo alumno que se secaba las lágrimas de la risa, le contestó: "Ha reconocido su error de una buena manera, a carcajadas."

El maestro se volvió a echar a reír, pero esta vez los alumnos no se rieron a su compás. El profesor cogió el libro y le dio la vuelta entre risas que retumbaban la sala.

"Anda, si es azul". Se atrevió a decir el mismo estudiante que anteriormente había metido la pata.

La lección de hoy es vital si quieres sobrevivir en este mundo de locos:

"Las apariencias son las peores mentiras."



martes, 21 de julio de 2015

Siempre, la cabeza bien alta.

¿Sabéis? Hay lecciones a nuestro alcance, miles de ellas aunque no lo creamos. Las podemos encontrar en cualquier película, cualquier libro, hasta cualquier anuncio que sale en nuestro televisor. Yo hoy me he topado con una, jugando al ajedrez y creo que debo compartirla con vosotros.

Para los que no sepan como se juega, sabiendo que yo no soy una profesional porque he jugado tres veces en mi vida, os contaré el misterio básico: hay cosas que valen más que otras, fichas que tienen mucho más poder del que parece y muchísimos más privilegios. La verdad, es que si lo piensas tiene mucha relación con la vida real y quizás también sea real que se les han impuesto los beneficios por azar. Solo hay que ver la tele y preguntarse por qué.

¿Pero sabéis otra cosa? Fuera del mundo que nos rodea, está nuestro mundo, donde nosotros decidimos quienes valen más y quienes tienen privilegios.

La lección de hoy es sencilla y la verdad es que creo que si la memorizas, todo puede parecerte más fácil:

"Una vez terminado el juego, el peón y el rey vuelven a la misma caja."

lunes, 20 de julio de 2015

Un error humano común.

Tenemos la manía de equivocarnos y no asumirlo, porque básicamente odiamos que nos digan "te lo dije" o "has metido la pata hasta el fondo".

El peor error humano es buscar un orden de importancia en la vida a salud, dinero y amor. ¿Qué por qué? La respuesta es muy simple, pero hay que seguir ciertos pasos.

El primero es hablar del amor. tienes que tener claro que sin él, no eres nadie. Amar a quienes te ayudan cuando no te quedan salvavidas y tienes que salir a flote, amar lo que haces para hacerlo bien y que no se te haga pesado, amar tantas cosas que no valoras... El amor es el ingrediente de tu ser.

El segundo paso es la salud, otra cosa que si te falta no puedes ser nadie. La necesitas para poder relacionarte y conocer lo que te hace amar. Es el ingrediente que sostiene tu ser.

El tercer paso es el dinero. Pero, ¿qué es? Unos dicen que es la llave mágica que abre la puerta que quieres y tienen razón en su medida. Pero esa llave está defectuosa porque jamás podrá abrir las puertas del amor, la felicidad... Si que te hace más fácil tu futuro, pero si no eres un pintor no puedes pretender que el dinero te lleve a ser Picasso.

La lección de hoy es la que quizás más trabajo te lleve:

"Anteponer cosas por miedo a perderlas, es quitarles todo su valor."

viernes, 17 de julio de 2015

Veintisiete paracaídas.

De vez en cuando hay que dejar que alguien ponga tu mundo patas arriba. El cielo también quiere besarnos los pies y el suelo que lo acariciemos con nuestras manos. El aprendizaje de hoy viene aquí, para que sigas leyendo con la lección asumida y así podamos trabajar:

“Tienes veintisiete puertas de emergencia para salidas inesperadas, ¿por qué te rindes si sólo has abierto una?”

El primer paracaídas es de un azul intenso. Lo llaman A, A de arriesgarse. De enfrentarse al rechazo por lo desagradable que puede sonar un “no” por respuesta.

El segundo es de color blanco. Lo llaman B, B de bailar, de moverse al ritmo del tiempo con su vaivén de notas desordenadas.

El tercer paracaídas es de color café. Lo llaman C, C de caerse, de equivocarse para luego aprender y seguir luchando con lo que has aprendido.

El cuarto es dorado. Lo llaman D, D de decidir, de elegir tu propio camino y tomar las decisiones que tú necesites y no las que quiera el resto.

El quinto paracaídas es de color esmeralda. Lo llaman E, E de esperanza, de no rendirse nunca y aprovechar cada oportunidad, porque las cosas nunca pasan dos veces de la misma manera.

El sexto es de color fucsia. Lo llaman F, F de fuerza, de tener el valor de no subestimar a lo pequeño, todos podemos conseguir lo que nos propongamos.

El séptimo paracaídas es de color granate. Lo llaman G, G de ganar, de ver que las pérdidas pueden ser ganancias.

El octavo es de color humo, así entre un gris y un blanco. Lo llaman H, H de héroe, de entender que en la vida puedes ser el súper héroe de alguien si consigues sacarle una sonrisa diaria.

El noveno paracaídas es de color índigo, un violeta azulado. Lo llaman I, I de ignorar, de saber diferenciar lo que realmente importa en tu vida, de lo que sólo te hace daño.

El décimo es de color jade, digamos que el color que tiene una playa caribeña tranquila. Lo llaman J, J de jugar, de apostar tu vida a las manos del destino sabiendo que es un barco sin norte.

El undécimo paracaídas es de color kiwi, como un verde intenso pero comestible. Lo llaman K, K de kilometrar, de contar cada kilómetro recorrido, con cada uno de los golpes de suerte.

El duodécimo es de color lavanda. Lo llaman L, L de libertad, de sentirse independiente en la vida, de saber que puedes hacer lo que quieras.

El decimotercero es morado. Lo llaman M, M de magia, de tener la brujería en tu manos y enamorarte de cada letra que salga de tu corazón.

El decimocuarto paracaídas es naranja. Lo llaman N, N de nada, de que nadie puede impedirte que seas feliz, de que nada debe frenarte si hablas de cumplir tus sueños.

El decimoquinto es de color invisible. Lo llaman Ñ, Ñ de ñoñerías, de que se puede conquistar a alguien diciendo palabras bonitas, siempre que se digan de verdad.

El decimosexto es oro. Lo llaman O, O de original, de ser único y diferente para destacar sobre el resto haciendo lo que te hace sentir vivo.

El decimoséptimo paracaídas es de color púrpura. Lo llaman P, P de perfección, de ver absolutamente preciosas las imperfecciones que nos hacen maravillosos.

El decimoctavo es de color queso, otro que también se puede comer si tienes un poquito de hambre. Lo llaman Q, Q de querer, de desear que la vida no se pierda mientras imaginas un futuro.

El decimonoveno paracaídas es rojo. Lo llaman R, R de reacción, de enfrentarse al miedo con valentía, atreviéndose a mirarle a los ojos.

El vigésimo es de color sepia. Lo llaman S, S de sentimiento, de conmoverse con las letras de las canciones poniéndoles sentido en tu cabeza, como si fuesen rompecabezas.

El vigésimo primer paracaídas es turquesa. Lo llaman T, T de trabajo, de que el esfuerzo se vea compensado de alguna manera.

El vigésimo segundo es de color ultramarino, más del mar que los demás. Lo llaman U, U de usar, de utilizar la mente como vía de escape antes de hacer locuras de las que luego te arrepientes.

El vigésimo tercer paracaídas es de color verde. Lo llaman V, V de volar, de saber que no hacen falta las alas si nuestro objetivo es surcar el cielo.

El vigésimo cuarto es de color weige, aunque en realidad se escriba beige. Lo llaman W, W de Walkie-Talkie, de que a veces la comunicación falla y nos hace falta algo de ayuda externa.

El vigésimo quinto paracaídas es xántico, un color amarillo pollo donde los haya. Lo llaman X, X de xilófono, de instrumento que pone la banda sonora en tu vida.

El vigésimo sexto es de color yodo. Lo llaman Y, Y de yuxtaponerse, de arrimarse a lo que quieres sin importar los obstáculos a superar para llegar.


El vigésimo séptimo y último paracaídas es de color zafiro. Lo llaman Z, Z de zarpar, de salir corriendo si esta larga e interminable lista de paracaídas para emergencias no sirve.  

martes, 14 de julio de 2015

Las cien gaviotas.

Siento el incumplimiento de planes, pero tengo el mejor remedio para solucionarlo. Los sábados, como sabéis, suelo poner una vídeo poesía. Pues bien, me da igual que sea martes y que tenga muchísimas poesías viejas para poneros. Yo hoy, como disculpa por incumplimiento de contrato, he creado una poesía para todos vosotros. Os voy a contar un poquito de su historia...

El otro día, descubrí que hay muy pocas personas en la tierra que no se sepan esta canción y bueno, si digo la verdad, los que no eran capaces de tararearla era por impedimento de un chupete travieso. La canción "Cien gaviotas" es el grito de libertad nunca callado, por eso decidí inspirarme en ella y regalaros la fuerza necesaria para emprender vuelos, aventuras, viajes hacia imposibles...

No os entretengo más, aquí os regalo mi pequeña y recién hecha, obra de arte.


miércoles, 8 de julio de 2015

Dejémonos de planes.

Sí, hoy me voy a saltar el plan establecido y os vengo a ofrecer una oferta a la que es difícil resistirse. Busco algo, algo que me puedes dar tú. Necesito miradas, cientos y miles de miradas para el viaje sentimental que estoy preparando.

A primeras suena raro, pero es tan fácil... Quiero que cojáis una cámara y os hagáis foto a esos ojazos que tenéis. Necesito ojos que expresen, miradas que desprendan ese algo. 


Me sirve todo...

Desde miradas que buscan algo, o más bien alguien.



Hasta las más traviesas que buscan la locura.



¿Quieres participar? Manda tu mirada a poetisadepapel@gmail.com
La estoy esperando con ansia.

martes, 7 de julio de 2015

Entre extrañas manías y defectos.

¿Sabéis que he descubierto? Que somos tontos, pero tontos de remate. ¿Qué por qué lo digo? Porque he visto a gente ponerse a llorar y decir cosas bonitas cuando ya no le quedaba tiempo. He visto como un amigo se le declaraba a su amiga en una estación de tren que les separaría miles de kilómetros, cuando él tenía claro desde hace demasiado tiempo que el resto de su vida quería pasarla a su lado. También he visto como un hermano le lloraba en el funeral arrepentido a el otro o como la gente se lamenta de todo lo que se va.

Y es que, entre las más extrañas manías de la especie humana, se encuentra el no vivir el presente. Siempre nos quejamos por lo que pasó en un pasado, que si es pasado es que fue, pero no será. Queremos lo mejor para nuestro futuro, pero mientras planeamos, dejamos que la vida pase. Y lo peor viene cuando no sabemos que es ni siquiera el presente porque vivimos en un pasado que nos atormenta mientras planeamos un estúpido futuro que se nos escapa de las manos si nos descuidamos.

Párate un minuto a pensar solo tres cosas: ¿Qué tuviste? ¿Qué tienes? ¿Qué te gustaría tener?

Es así de fácil, deja de montar un castillo por tener un granito de arena. La frase que regalo hoy es:

"Somos tan estúpidos que en vez de valorar la presencia, valoramos la ausencia."

lunes, 6 de julio de 2015

Papiroflexia sentimental.

Se conoce como papiroflexia al arte o la habilidad de dar a un trozo de papel, la forma determinada que nos apetezca. A simple vista es fácil, pero a medida que doblas el papel, se te va haciendo pequeño y cada vez más complicado. A veces te obcecas con sacar un resultado, que no sale ni a la tercera y eso que dicen que es la vencida.

Tener la capacidad de hacer papiroflexia sentimental es más que un arte, es un sexto sentido que pocos tienen. Los sentimientos son pilares de la vida, los más frágiles de todos los que existen. ¿El motivo? Pueden romperse con un soplido del alama e incluso con la falta de un abrazo. El resto de pilares como la sabiduría, la cordura o la estrategia, son pilares que progresan si los alimentas y empeoran si los abandonas.

Hacer papiroflexia sentimental consiste en ver lo que te pasa y no agobiarte, si quieres empezar con buen pie. Coger la circunstancia u ponerle el sentimiento que te trasmite. Escríbelo, no vaya a ser que se te olvide; más vale lápiz corto, que memoria larga. Cuando tengas todo esto y mil ganas de decir: "Esta tía me está tomando el pelo, esto no sirve para nada." debes susurrarte "Compañero, una lección nueva para el libro de tu vida." Parece extraño, ¿verdad?

La magia de todo esto, está escondida en la lección que hoy te toca descifrar_

"Eres el escultor de tu vida, moldea a tu conveniencia."

sábado, 4 de julio de 2015

Falsa princesa.

No sé vosotros, pero yo me guío por impulsos y caprichos. Creo que lo que te apetece en un momento es un arrebato de valentía que hay que aprovechar. Hoy toca una vídeo-poesía, especialmente un impulso emocional que tuve. 

¿Sabéis? Dibujar es fácil según que quieras. Me explico, si dibujas una casa y no te olvidas el tejado, has creado una autentica obra de arte. El problema viene cuando se te antoja dibujar a las mentiras bailando o a cualquier persona corriendo delante del miedo. No siempre es fácil dibujar lo que uno siente, pero si crear un par de frases llamadas versos o sintagmas verbales. ¿Aceptáis el reto? Dibujadme lo que sentís, escribirme un par de versos o dos sintagmas  verbales. Ahí a la derecha tenéis el correo pero por si acaso... poetisadepapel@gmail.com


viernes, 3 de julio de 2015

¿Conoces la leyenda del vaso?

Un día, entró un profesor a clase con un vaso y una botella de agua en la mano. Al verlo, todos los alumnos pensaron lo mismo: ¡Otra vez el vaso medio lleno o medio vacío! Algunos hasta se atrevieron a comentarlo en alto. El profesor al oírlo se echo a reír y les dijo mientras llenaba el vaso de agua... ¿Cuánto pesa el vaso?

Los alumnos sorprendidos y con las calculadoras en mano, empezaron a pensar como locos. Cientos de diversos resultados se oían a gritos. El maestro se echo a reír a carcajada limpia, cuando acabó dijo:

Este vaso lleno de agua pesa lo mismo que los problemas. Si lo sostengo durante poco tiempo, a penas noto su peso. Pero si lo sujeto durante mucho tiempo, el vaso llega a ser muy pesado. Con los problemas pasa lo mismo. Si los piensas un ratito, son aguantables. Pero si te tiras horas y horas dándole vueltas, al final más que unos simples problemas, son un dolor de cabeza.

Los alumnos estaban totalmente boquiabiertos, ¡nunca se lo habían planteado de ese modo!

La lección de hoy es mu fácil de entender, pero sé que puede costar un poco hacerla realidad. Ponle ganas y esfuérzate:

"Piensas que tienes muchos problemas, pero solo tienes uno... Piensas demasiado."

jueves, 2 de julio de 2015

Si quieren hablar, que hablen.

¿Sabéis cual es el miedo más común pero a la vez, el que más ocultamos? El conocido como miedo al "que dirán". Sí, la mayoría de la gente habla mucho y habla mal. Pero sobre todo, los que más y peor hablan, son los que más sufren este miedo.

En esta nueva aventura, intentaremos aprender a dar una patada metafórica al "que dirán". Lo primero es saber que todo el mundo sabe hablar, que todo el mundo sabe y que todo el mundo tiene el mismo derecho a callar que a perder el silencio. Una vez entendido eso hay que saber diferenciar dos tipos de perfiles humanos: el homo-hipócritus y el homo-sincerus. Este último se conoce coloquialmente como amigo que no tiene pelos en la lengua, así que es fácil diferenciarlo. El otro también es famoso entre la especie humana puesto que siempre lleva una sonrisa en la cara y usa a la gente de globo aerostático. ¿Qué es eso? La teoría de como empieza el problema al "que dirán". Es simple así que atento.

Un día te encuentras a uno de estos seres llamados homo-hipócritus y empezáis a hablar. Él te enseña sus habilidades y tú, acabas haciendo lo mismo. Para él, lo que tu haces es lo mejor que ha visto nunca, por lo tanto ya empieza la fase globo en la que descubres que vales. Sigue halagándote y tu cada vez estás más hinchado, más hueco. Su plan funciona a la perfección. Un día te ve que estás ya en las nubes y usa todo lo que sabe de ti, en tu contra. Pincha tu globo y caes. La gente empieza a hablar y entonces empiezas a odiar el "que dirán".

Todo esta listo, ya sabemos diferenciar las dos especies así que solo me queda regalar esta frase y que empecéis a darle patadas al "que dirán".

"Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro."

miércoles, 1 de julio de 2015

El lado bueno de las cosas.

Esta nueva aventura está dedicada a los cabezotas que se equivocan y dejan de ver las lecciones, a los que olvidan que entre el blanco y el negro, está el gris.

A ti, que has seguido leyendo esto por sentirte identificado. Que sé, que a veces te levantas con el pie izquierdo y olvidas que el derecho está justo a su lado. Confía en mí, no es tan difícil dejarse llevar por el tiempo.

Cuando algo te sucede, lo primero que haces es darle vueltas a la cabeza. Piensas que todo está saliendo más, ¿y el lado bueno? No lo puedes olvidar, si lo haces, lo ocurrido, pierde el sentido. Seguro que te cansas de oír este tipo de cosas continuamente pero creo que de vez en cuando viene bien que alguien te lo recuerde y te ponga las pilas.

Una de las cosas que nos enseña la vida, es que somos hijos del tiempo, protegidos por él. Al fin y al cabo, el tiempo se acaba comiendo todos los problemas. No debes temer ni lamentar demasiado la vida, sabes de sobra que no saldrás vivo de ella.

La lección de hoy es tan básica...

"Que te salgan arrugas en la comisura de tanto reír. Que el tiempo te gaste los dientes, pero jamás la sonrisa."